María José, 16 Años Después del Daño Cerebral: "Se Puede Seguir Disfrutando de la Vida" Gracias a Daño Cerebral ADACEMA Málaga
En una entrevista conmovedora para 20 Minutos , María José, quien sufrió un daño cerebral hace 16 años, compartió su historia de superación y cómo, gracias al apoyo de la asociación Daño Cerebral ADACEMA Málaga, ha logrado reconstruir su vida y disfrutarla plenamente. «Se puede seguir disfrutando de la vida», afirma María José, cuya historia es un testimonio de esperanza y fortaleza.
María José recuerda el largo proceso de adaptación que se enfrentó tras el accidente que cambió su vida, y cómo las terapias especializadas y el respaldo incondicional de los profesionales de Daño Cerebral ADACEMA Málaga fueron esenciales para su recuperación. «Al principio fue muy difícil adaptarse, pero el apoyo y el tratamiento que recibí en ADACEMA fueron cruciales. Me enseñaron a encontrar formas nuevas de hacer cosas ya no rendirme», cuenta.
Durante la entrevista, María José subrayó la importancia del trabajo que realiza Daño Cerebral ADACEMA Málaga, una asociación dedicada a ofrecer recursos de rehabilitación y acompañamiento emocional para personas con daño cerebral adquirido y sus familias. Gracias a la atención multidisciplinaria que recibió, ha logrado mejorar su autonomía y, lo que considera aún más importante, recuperar la ilusión por disfrutar de cada día.
“Contar con el apoyo de ADACEMA y de personas que entienden tu situación marca una gran diferencia. Ellos no solo te ayudan a avanzar en lo físico, sino que también te animan a no perder la esperanza ya ver la vida de otra manera”, expresó María José, quien también quiso aprovechar la entrevista para agradecer el compromiso y la empatía de todo el equipo de Daño Cerebral ADACEMA Málaga.
Con su testimonio, María José busca sensibilizar a la sociedad sobre las realidades del daño cerebral y la importancia de contar con redes de apoyo adecuadas para la rehabilitación. Su historia, llena de aprendizaje y optimismo, demuestra que, incluso después de un trauma profundo, es posible recuperar el control de la vida y encontrar en el camino nuevas razones para sonreír.
